El Consejo de administración es útil cuando la empresa familiar está dirigida por el fundador y resulta imprescindible cuando se incorporan al negocio las nuevas generaciones de la familia empresaria: los hijos, los primos, los familiares políticos… Si la empresa familiar quiere pervivir a lo largo del tiempo necesita contar con sistemas de gobierno corporativo que velen no solo por la buena marcha del negocio sino también por la armonía familiar, y sin duda el Consejo de administración es una de las piezas claves para lograrlo, aunque no la única. También el Comité ejecutivo tiene un rol esencial. Pero, ¿qué diferencia a estos dos órganos de gobierno? ¿Cuáles son las funciones de cada uno de ellos?
Desde la perspectiva del buen gobierno corporativo, el Consejo de administración debería actuar como el mentor del Comité de dirección. El Consejo debería ser un foro de buenas preguntas para el máximo responsable ejecutivo de la empresa, pero sin llegar a interferir en su labor ejecutiva. En resumen: el Consejo decide y aprueba y el comité ejecuta.
No es función del Consejo gestionar el día a día de la empresa: su papel consiste en liderar la compañía al máximo nivel. Podríamos decir que el Consejo conoce la “big picture”, como dicen los americanos, mientras que el Comité es quien está al pie del cañón del día a día de la actividad de la empresa.
Además de esta función de asesoramiento y acompañamiento, el Consejo es el responsable de supervisar al Comité de dirección, representar los intereses de los accionistas y de todos los actores involucrados en la empresa familiar, y de asegurar que se cumple la normativa legal vigente.
En realidad, estos dos órganos de gobierno se complementan y retroalimentan. Tanto el Consejo de administración como el Comité de dirección tienen responsabilidades en áreas comunes del buen gobierno y gestión de la empresa familiar, pero cada uno de ellos tiene unas funciones específicas:
El Consejo de administración define la misión, visión y los valores de la empresa familiar y el Comité de dirección se encarga de implementarlos.
El Consejo de administración aprueba la estrategia que ha diseñado el Comité de dirección, que es quien después deberá encargase de implantarla.
El Consejo de administración vela por el desarrollo de talento del Comité de dirección, que a su vez se ocupa del desarrollo y la gestión de equipos de toda la organización.
El Consejo de administración aprueba las decisiones de inversión y la asignación de recursos, así como de proponer e impulsar frente a los accionistas posibles fusiones y adquisiciones de la compañía
El Consejo de administración diseña y supervisa el plan de sucesión de la empresa familiar, que debe contar con la colaboración y el apoyo del Comité de dirección para poder llegar a buen puerto. En ese punto es básico contar con la opinión del consejo de familia.
Además de todos estos aspectos, los Consejos de administración de las empresas familiares tienen que hacer frente a algunos retos específicos de este tipo de empresas y deberían prestar especial atención a los aspectos relacionados con la dimensión familiar.
(*) Josep Tàpies es Profesor de Dirección General y Titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE Universidad de Navarra, Business School, doctor en Ingeniería Industrial por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y Master en Administración de Empresas.