Alfonso Vargas, Universidad de Huelva
La pandemia ha recolocado al turismo en el foco de la atención mediática. No por los récords de turistas o por los problemas del sobreturismo, sino por su paralización a consecuencia de la hibernación que ha sufrido. Las repercusiones socioeconómicas son palpables. Por otra parte, la idea de sostenibilidad (sobre todo ambiental) ha ganado adeptos. Es la suma de ambos fenómenos la que ha hecho volver aún más la mirada hacia la economía circular, también en un sector de servicios como es el turístico.
¿Qué es la economía circular?
Aunque el concepto de economía circular no es nuevo (data de los años 80 del siglo pasado), no siempre se le ha dado el mismo significado ni ha sido vinculado explícitamente con el desarrollo sostenible.
Hasta hace relativamente poco su aplicación seguía siendo marginal. Habitualmente asociado a las industrias manufactureras, este modelo ha ido ampliando progresivamente su alcance, abarcando también a sectores de servicios como el turismo.
La economía circular es un modelo que se concibe para reemplazar al de la economía lineal, construido sobre la secuencia: tomar recursos de la naturaleza, fabricar, usar o consumir y desechar. Debido al impacto ambiental negativo de los residuos (acumulados en vertederos), así como a la progresiva escasez y encarecimiento de los recursos, este modelo se muestra ya insostenible.
Alternativamente, el modelo circular trata de mantener los recursos en la economía el mayor tiempo posible, evitando que se conviertan en residuos. De esta manera, contribuye a regenerar el medio ambiente. Su enfoque puede ser proactivo (evitando la generación de residuos) o, en su defecto, reactivo (orientado a la gestión de los mismos a través del reciclaje).
Entorno institucional y turismo
Entre las directrices generales de la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030, se encuentra la de “impulsar la evolución de la actividad turística hacia los preceptos de la economía circular”.
Igualmente, la Agenda Estratégica de I+D+i del Turismo, elaborada en 2020 por la plataforma tecnológica de turismo Thinktur, incluye la sostenibilidad y la economía circular entre las líneas de I+D+i para el sector de la restauración. En concreto, señala: “las innovaciones pueden ayudar al sector a reducir el desperdicio de alimentos, materiales y energía, y también ayudar a otros y ser reconocidos por las prácticas ecológicas y la atención social”.
En lo que respecta al sector de hoteles y alojamientos turísticos, afirma: “La incorporación de buenas prácticas basadas en la economía circular también es importante en el camino hacia la transición a un modelo de negocio sostenible”.
Y, con carácter transversal para toda la industria turística postula: “La transformación del modelo económico hacia una economía circular puede generar un importante impulso al turismo ya que saca partido a todos los activos de un destino, aprovechando y convirtiendo los flujos energéticos y de residuos en materia prima para el crecimiento, y también puede contribuir a aumentar el valor de la propuesta turística”.
Una estrategia española para la economía circular
Bajo el paraguas del llamado Pacto Verde Europeo de 2019 y alineada con el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular lanzado en 2020 por la Comisión Europea, el Gobierno de España aprobó en 2020 la Estrategia Española de Economía Circular (España Circular 2030).
En ese documento se define la economía circular como “aquella en la que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantienen en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduce al mínimo la generación de residuos, lo que constituye una contribución esencial a los esfuerzos de la UE encaminados a lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva”.
Aunque esta estrategia “está dotada de un carácter transversal y aspira a convertirse en el marco de referencia para el conjunto de las administraciones públicas, empresas y la ciudadanía, por su importancia tanto para la sociedad como para la economía española, se realiza una planificación y un seguimiento especial de determinados sectores económicos”, entre ellos el turismo.
Además, en España Circular 2030 se argumenta que “el uso intensivo del recurso hídrico, especialmente escaso en gran parte del turismo de playa, la elevada generación de residuos en zonas turísticas, junto con la dificultad de gestión de residuos debido a una menor separación de residuos en origen, así como el continuo crecimiento del turismo de interior asociado a la naturaleza, aconseja la incorporación de este sector a esta estrategia, en aras de fomentar su sostenibilidad”.
En este sentido, con especial referencia al turismo de naturaleza y al desarrollo de las áreas rurales, declara: “los principios de sostenibilidad y circularidad también son transferibles a las medidas orientadas a revitalizar la España vaciada”.
Economía circular y estrategia empresarial
Por todo lo anterior, se espera que haya financiación para proyectos tendentes a hacer del turismo una industria más circular, con el apoyo de los fondos europeos. Por tanto, como vía hacia la sostenibilidad, es una oportunidad que no se puede dejar escapar.
No en vano, el Gobierno de España considera la introducción del modelo circular como una iniciativa “para promover la reconversión del turismo”, siendo, junto con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030, uno de los grandes vectores de cambio de esta industria, a añadir a la revolución tecnológica en ciernes.
Por ello, es básico hacer pedagogía sobre la economía circular (lo que es y lo que no es), sus potencialidades y sus principios. Más allá del reciclaje de los residuos, la economía circular intenta evitar su generación.
A tal fin, además de lo que cada empresa pueda hacer internamente (rediseñando, reduciendo, reutilizando, reparando…), es necesario observar el potencial existente en la colaboración intersectorial, es decir, en lo que se conoce como simbiosis industrial.
Esta simbiosis aparece definida en el documento España Circular 2030 como una “estrategia empresarial que consiste en conectar varias industrias con objeto de reducir la necesidad de materias primas vírgenes y la eliminación de residuos, cerrando así el circuito del material, una característica fundamental de la economía circular y un motor para el crecimiento verde y soluciones ecoinnovadoras”. Además, la conexión entre empresas puede contribuir a la reducción de las emisiones y del uso de la energía, y a crear nuevos flujos de ingresos.
Asimismo, las prácticas de los turistas y los residentes en los destinos son esenciales, a nivel, por ejemplo, de la separación de los desechos.
Turismo circular, sí o sí
En suma, la transición del modelo lineal a un modelo circular es una de las principales palancas de cambio en la economía actual, al que el sector turístico no es ajeno. La aplicación de la circularidad al turismo, como vía para reforzar su sostenibilidad y competitividad, es uno de los ejes que va a dominar la nueva etapa pospandemia, de ahí su actualidad.
El futuro del turismo será circular o no será, como camino hacia el residuo cero en vertederos y neutro en emisiones de carbono. El turismo será amigable con el medio ambiente y el clima, o no será. Este es el desafío.
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