Benchmarking y educación
La relación entre benchmarking y educación se utiliza como herramienta para mejorar el desempeño de una empresa desde los años setenta y se considera a Robert Camp como el padre del mismo. Robert Camp es la persona que se encuentra involucrada en el proceso de benchmarking. En el año 1989 escribió el primer libro sobre benchmarking, titulado “En búsqueda de las mejores prácticas industriales para logar un desempeño superior”.
Según Tim Stapenhurst, existen diferentes definiciones de benchmarking como autores que han escrito de este tema, pero nos sugiere que la definición más acertada es la siguiente: “un método para medir y mejorar el desempeño de una empresa mediante la comparación con el líder del mercado en la situación actual de otras empresas de menor desempeño en la misma área”.
Muchas personas consideran que el benchmarking es una herramienta apropiada solo para la industria y el comercio. Sin embargo, puede hacerse extensiva a otros campos, entre los que se puede mencionar la educación. La relación entre el benchmarking y educación es muy estrecha. Podemos decir que el benchmarking puede constituirse en una gran herramienta que mejora la calidad educativa de un colegio, instituto de formación técnica, universidad, y en todo el sistema nacional de educación.
Para llevar a cabo un proceso de benchmarking y educación es preciso, en primera instancia, estudiar de forma cuidadosa las prácticas de las empresas o sistemas educativos con mejor desempeño en un área en la que tenemos un problema, o simplemente queremos aprender algo nuevo de otras empresas. Después de realizar un minucioso análisis de las prácticas llevadas a cabo por la propia empresa, se procede a compararlas con la de los líderes del mercado para poder determinar la brecha que existe entre el desempeño y tomar las medidas correctivas necesarias para minimizar la diferencias que existen.
Resulta necesario aclarar que el benchmarking no consiste simplemente en copiar lo que hacen los mejores, sino que es necesario reflexionar sobre el por qué a las empresas educativos líderes les va bien con las prácticas que realizan y al mismo tiempo adaptar las prácticas que realizan a nuestra organización. el fin que se persigue es al realizar las mismas acciones se obtenga como resultado una mejora real en el desempeño de la actividad. En este punto es vital recordar todas las palabras de Edward Deming “copiar un ejemplo de éxito, sin la comprensión del mismo con la ayuda de la teoría, puede llevar al desastre”.
El #benchmarking es un método para medir y mejorar el desempeño de una empresa
No existe una única forma de llevar a cabo el benchmarking y educación, pero si dos formas que pueden ser mucho más apropiadas para dicho sector. La primera es el benchmarking uno a uno, o tradicional, en el cual una empresa visita a otra. Un ejemplo real de este tipo de benchmarking es el que se ha llevado a cabo por expertos en educación de USA que visitaron Finlandia con la finalidad de estudiar su sistema educativo y la segunda es el club de las mejores prácticas, que consiste en una comunidad virtual de organización que realizan benchmarking permanente de forma conjunta, según las necesidades de cada empresa. En ambos casos son imprescindibles para seguir los pasos de planificación, ejecución y evaluación de las mejoras.
Como conclusión, queremos comentar que un ingrediente muy importante en todo el proceso de benchmarking es la humildad para aprender de otros, y poder verse a sí mismos de una forma objetiva, es decir, se mide con la misma vara con la que se va a medir a los otros. Es necesario.
El benchmarking permite a las entidades educativas compartir de forma transparente y reglada una base de datos con entidades educativas a nivel nacional.
Los indicadores incluidos en esta herramienta son el resultado de una selección consensuada con los diferentes centros educativos.
La batería de indicadores se encuentra compuesta por indicadores de percepción y rendimiento agrupados siguiendo los criterios establecidos en el Modelo EFQM de Excelencia.