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¿Cuáles son las alternativas para implantar los tableros de indicadores?


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Tableros de indicadores

Las empresas cuentan con diferentes alternativas a la hora de implantar los tableros de indicadores:

  • Principal

  • Unidades

  • Individual

Dichas alternativas son independientes de la metodología utilizada. Puede ser que se utilice:

  • Enfoque Cliente Proveedor

  • Balanced Scorecard

  • Modelo Malcolm Baldrige


Algunas de las opciones de implantación de los tableros de indicadores funcionan mejor que otros. Dicho de otra forma, son más pertinentes en una situaciones que en otras. Por este motivo, no existe una respuesta única con respecto a cómo se debe implementar los tableros de indicadores, y será necesario optar por lo que a primera vista resulte mucho más eficiente para después corregir y mejorar durante la implementación. Para saber más sobre indicadores puedes leer el siguiente artículo: Cómo elegir los mejores indicadores de un Balanced Scorecard.

Queremos realizar un pequeño resumen de las principales opciones consideradas como más viables, una alternativa específica para empresas complejas, y por último, otras alternativas posibles pero menos eficientes.

Alternativas o estrategias que se utilizan durante la implementación de los tableros de indicadores

Las alternativas que, a partir de la experiencia, se consideran como las más viables son:

Implementar todos los tableros posibles: principal, de unidades e individuales. Dicha opción es mucho más ortodoxa y aconsejable cuando se trata de una empresa de tamaño mediano o grande. Dependiendo de las capacidades de la empresa, es decir, si se cuenta con conocimientos y experiencia previa en la implementación de proyectos de indicadores, y si existe un sistema de control de gestión consolidado, se puede optar por dos caminos:

  • Diseñar e implantar todos los tableros de indicadores de forma simultánea.

  • Diseñar e implementar los indicadores de tablero principal. Consolidar y diseñar los tableros de las unidades.

Implementar solamente el tablero principal y los de las unidades. Esta alternativa es la más utilizada, ya que muchas organizaciones pequeñas cubren la parte más importante de sus necesidades de medición, con la implementación de los tableros de las unidades. Igual que anterior caso, depende de las capacidades de la empresa, se puede optar por dos caminos:

  • Diseñar e implementar todos los tableros de indicadores de forma simultánea.

  • Diseñar e implantar los indicadores del tablero principal, consolidar y finalmente, diseñar e implementar los tableros de las unidades.

Implementar únicamente el tablero principal. Esta alternativa es la más indicada para la mayoría de las microempresas, es decir, para aquellas en las que con la implantación del tablero principal se cubre la parte más importante de todas las necesidades de medición. En este caso el proceso acaba con el diseño, implantación y consolidación de los indicadores del tablero principal.

Alternativa de implementación de los tableros de indicadores para organizaciones complejas.

Las empresas grandes suelen ser complejas, no obstante, resulta mucho más complejas aun cuando además cuentan con muchas líneas de negocio. Por esto, no es lo mismo referirse a una empresa grande con un producto dirigido a uno o dos mercados claramente establecidos que una empresa grande que se encuentra dirigida a un gran mercado porque genera muchos productos diferentes.

Si en este último caso, la empresa se encuentra estructurada sobre la base de “unidades de negocio”, contando para ello con un conjunto de unidades de soporte que apoyan a todos los negocios. En la práctica se opta por este tipo de estructura porque cada una de estas unidades es en realidad un negocio diferente, aunque se encuentra vinculado con el resto de negocios.

En este sentido, resulta poco práctico, aunque no es imposible intentar tener un diseño de un tablero para toda la organización es una situación similar, probablemente el resultado sería un tablero extenso, sobrecargado y muy poco enfocado. Quizás sea mejor contar, en su lugar, con tantos tableros principales como unidades de negocio importantes tenga la empresa, a los que se sumarían los tradicionales tableros de las unidades de soporte.

Otras alternativas posibles pero menos eficientes

Existen también algunas opciones de implantación que ha probado ser menos eficientes, poco prácticas, o al menos, útiles por un tiempo limitado. Entre estas alternativas podemos mencionar como las principales:

  • Construir tableros solo para algunas unidades, lo que sería equivalente a intentar controlar y mejorar algunas áreas y otras no. El efecto que genera puede ser neutro ya que la eficiencia de la empresa la determina las áreas en conjunto. Dicho de otra manera, si algunas áreas no se encuentran bajo la lógica de control y mejora que promueven los indicadores, entonces quizás serán éstas, y no las áreas que se utilizan como indicadores, las que determinan los niveles reales de eficiencia en la empresa. En este sentido, las áreas que no cuenten con un tablero de indicadores funcionarán, con toda certeza, como cuellos de botella.

  • Poner en marcha solo los tableros para las unidades. Muchas empresas trabajan de esta forma cuando el enfoque para definir indicadores es operativo. La debilidad principal de este enfoque es que suele descuidar, la parte estratégica de las mediciones, sin embargo, puede funcionar durante algún tiempo.

  • Implementar sólo los tableros individuales. Esto es posible porque las empresas cuentan muchas veces con indiciadores individuales que devienen de las funciones típicas del personal y suelen ser formulados sobre esta base, cosa que en la práctica suele funcionar sin mayores problemas. Sin embargo, esto no es menos cierto que, el tipo de definición de objetivos e indicadores individuales que cuenta con los objetivos e indicadores del tablero principal y el tablero del área de la persona a la que pertenece.



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