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7 errores que hunden tu candidatura


Los que han leído mis correos anteriores saben que estoy convencido que no hay diferencia entre buscar trabajo y vender un producto o servicio. A tenor con esa óptica van estos consejos basados sobre las observaciones de un servidor sobre lo que funciona y no funciona en el proceso de la búsqueda de empleo

1. No tener una apariencia profesional

El mundo de los negocios se ha vuelto mucho menos formal en la vestimenta y en nuestras relaciones interpersonales. Sin embargo, todo buen vendedor sabe que las primeras impresiones son muy importantes. Idealmente cuando vas a una entrevista conoces la cultura de la empresa para la cual vas a ser entrevistado y la manera en que se viste el que será tu próximo jefe - ese es el "look" que tu deberías tener. En ausencia de esa información, un traje azul o gris oscuro con una corbata sobria y camisa blanca es el traje de entrevistas por excelencia (las mujeres conocen el equivalente). Puedes estar seguro que es mejor ir sobre vestido pues en el peor de los casos se darán cuenta que le has dado importancia a la entrevista y si fuere necesario te harán algún comentario para entrevistas posteriores.

2. Hablar demasiado

En cualquier situación de ventas es fundamental entender las necesidades del "prospecto" (léase entrevistador). Es solo después que sabemos lo que pretende resolver la empresa vía la posible contratación de mis servicios que puedo hacer el planteamiento de porque soy un buen candidato para la posición. Existe el otro extremo, el de las personas (típico entre profesionales muy técnicos) que hablan demasiado poco. Pónte en el rol de un consultor que ha sido invitado a plantear la posibilidad de prestar sus servicios a la empresa. La misión es entender la problemática a resolver, mostrar como lo podríamos hacer, e idealmente utilizar un éxito profesional para mostrar que somos capaces.

3. No desarrollar "rapport" o empatía con el entrevistador

En la mayoría de los casos el entrevistador es el que fija la pauta para la entrevista pero siempre que sea posible debemos tratar de invertir un poco de tiempo y esfuerzo en conocer nuestro interlocutor. Idealmente te has preparado haciendo un poco de investigación en Linkedin, por ejemplo, para "humanizar" un poco un proceso que tiende a ser muy impersonal.

4. No haber calificado la entrevista.

Frecuentemente aceptamos ser entrevistados sin tener claro a que vamos. Particularmente si estoy muy ocupado, sería interesante conocer el perfil de la posición. Puede ser desgastante ser entrevistado para una posición que no haga buenos usos de mis conocimientos y experiencia pues típicamente o no paga un sueldo competitivo o simplemente no quedaré entre los finalistas.

5. No "cerrar la venta"

Un candidato es un profesional que ha sacado tiempo de su agenda para explorar la posibilidad de mutua conveniencia entre empresa y persona. Como profesional tienes derecho (pero nunca seas prepotente) a un trato profesional. Debes expresar tu interés en la posición y solicitar que hagan de tu conocimiento los pasos a seguir y los tiempos. Esta información te permitirá hacer seguimiento de manera profesional sin llegar a ser molestoso pues son pasos acordados previamente.

6. Ego

El enfoque de tu entrevista debe ser las necesidades de la empresa que te está entrevistando y como tú puedes llenar esas necesidades. El tema de tus necesidades, por ejemplo, la compensación, debe inicialmente quedar en un segundo plano. Bajo condiciones ideales debes de recibir una oferta y usar ese como punto de partida de cualquier negociación.

7. Tedio

Con alguna frecuencia hemos tenido varias entrevistas con múltiples empresas o inclusive con diferentes personas dentro de la misma empresa. Esta dinámica puede causar tedio que se define como: aburrimiento, hastío, languidez, apatía, monotonía, desinterés, desgano. Nada de esto debe de estar presente en la entrevista. Si hemos aceptado jugar el juego lo debemos hacer con nuestro mejor esfuerzo, lo contrario es perder el tiempo. Un ejemplo de esto es cuando somos entrevistados por personas que consideramos son de un nivel jerárquico inferior al nuestro. El ejemplo clásico es la joven becaria de recursos humanos que participa en el proceso de identificación y filtrado de los candidatos. Tratemos a todos nuestros contactos de la manera más profesional posible pues nunca podemos estar seguros de la importancia que puedan jugar en la evaluación de nuestra candidatura.


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